Un anciano pastor llevaba un redil de ovejas con gran lentitud
pero con tenacidad , volvia al redil, las que trataran de salir del
camino,
Lo mas curioso del caso era que su callado estaba roto, remendado
con arapos pero bien sostenido. Otro pastor a lo lejos comento
porque no cambias tu callado. El pastor que logro escuchar contesto;
es que conosco cada endidura del mismo y mi mano ,al igual que las ovejas
esta acoplada a el .
.
El otro pastor sonrio y comprendio que aveces , nos quedamos con
viejos rudimientos, porque sabemos que amoldarnos a nuevos instrumentos
es un dificil trabajo.